Esta bicha

Cuando digo esta bicha me refiero a la computadora. Estoy dándome cuenta cada vez más del perjuicio que me causó instalar banda ancha en casa. Y es que este aparato copa tantas horas de mi vida que pospuse un montón de cosas que tenían importancia para mí. Hasta podría decir que me robó la inspiración.

Es como un pulpo que me atrapa, por más que quiera apagarla siempre me cuelgo con alguna boludez. Ojo, el blog no entra dentro de la categoría boludez, pero debo reconocer que mi falta de inspiración para nutrirlo probablemente se deba -y puede sonar contradictorio- a que pase tanto tiempo frente a este aparato.

Si me miro en un espejo imaginario, hay muchas cosas en mí que están pendientes desde hace tiempo.

La música es una de ellas, y realmente es algo que no está muerto, sino simplemente latente. Leer es otra, leer mucho, como antes, devorar libros en cantidades increibles.

Tal vez sea hora de que le reste tiempo a algunas cosas para invertirlo en otras.

También escribir, es algo que hace tiempo que no hago. De todas formas en este caso se trata de una dimensión diferente, porque siempre he tenido épocas de sequía, seguidas por épocas en las que no me alcanzaban los volantes de delivery, los boletos de colectivo ni los anotadores para llenar de garabatos.

Hace unos días volví a escribir en el colectivo, lo cual me resulto bastante alentador y reconfortante.

En fin, voy a intentar gastar un poco menos de electricidad y banda ancha, y volver a esas cosas que me producen tanto placer aunque las haya dejado medio abandonadas.

Después de todo, sigo siendo la misma, esperando, en algún lugar, para salir de mí otra vez cuando yo misma me digne a darme bola.