Delirio de un lunes muy domingo

Quiero llegar mañana al trabajo, y descubrir que el edificio desapareció.
Salir caminando por Palermo en dirección desconocida.
Encontrar una guitarra en una esquina.
Sacarme los zapatos, ir a una plaza.
Dormir al sol un par de horas.
Comprarme un helado.
Volver a casa a la tarde, y descubrir que el edificio desapareció.
Encontrar un pasaporte en mi bolsillo.
Ir a Ezeiza y sacar un pasaje.
Subirme a un avión y llegar a alguna otra parte.
Conocer a otra gente, aprender otro idioma.
Tomar otro helado.
Seguir caminando descalza.
Ir al aeropuerto para volver... y descubrir que el edificio desapareció.
Caminar hacia ningún lado.
Cruzar otra frontera.
Conocer a otra gente.
Tomar un café en algún lado.
Mirar la hora y... descubrir que el reloj desapareció.
Salir del café.
Caminar hacia otra frontera.
Descubrir que la frontera desapareció.
Llegar a una playa.
Comprarme otro helado.
Mirar el doble amanecer, ahí sentada.
La muerte de las luces en la costa, el nacimiento del sol en el agua.
Pararme y empezar a caminar. Y descubrir que el piso desapareció.
Y ahí nomás...
simplemente salir volando.