Radiografía de la mente masculina


Resulta que Rexona hizo una investigación sobre la relación entre los hombres como fanáticos del fútbol y sus empleos.

La encuesta "El Fútbol y el Trabajo" fue realizada durante los primeros días del mes de junio del corriente año por la consultora Datos Claros y refleja una serie de resultados más que significativos sobre la pasión y el sentimiento de todos los futboleros y cómo esa pasión se desarrolla en el lugar donde más tiempo pasamos, el laburo.

- Casi uno de cada dos argentinos se mostró apasionado por el fútbol, el deporte más popular en Argentina y en el mundo.
- El 86% de los encuestados consideró al fútbol como el deporte ideal para la integración con sus compañeros de trabajo.
- El 77% remarcó que el fútbol es el deporte ideal para crear un mejor ambiente laboral en todos los estratos sociales y en todos los espacios laborales.
- El 55% de los hinchas consultados aseguró que si tuviera 10 minutos para jugar al fútbol en horario laboral podría trabajar mucho mejor y así mejorar su performance dentro del mismo.
- Uno de los datos más curiosos del estudio indica que el fútbol es el tema del cual más hablan los hombres en el ámbito laboral, incluso superando al tema de las mujeres. El hombre habla casi tres veces más de fútbol que de las curvas de las mujeres. En tanto que el ítem que le sigue al fútbol son los temas laborales y luego los referidos al sexo opuesto.
- Uno de los hechos más preocupantes para el hombre actual es que a alguien se le ocurra programar el partido de su equipo en horario laboral. Pero cuando la pelota empieza a rodar nadie puede abstraerse de la situación, incluso en el laburo. Un 61% manifestó que sigue el desarrollo del partido de alguna manera. Un 33% lo hace a través de la radio o el MP3, un12% "se escapa" y lo mira en un bar o directamente se va a su casa. Un 8% lo ve por TV en el trabajo. Un 8%, los más tecnológicos, lo siguen on line, mientras que un 39% de "argentinos ejemplares" se mantiene al margen de la situación de su equipo y continúa trabajando normalmente.
- ¿En donde tienen la cabeza los hombres argentinos cuando están trabajando? Seguramente en muchos lugares diferentes y uno de ellos es la pelota, ya que el 76% manifestó que el fútbol ocupa parte de sus pensamientos (un 13% en muchas oportunidades y un 63% sólo en algunas).

¿Será realmente así? ¿Se cae la teoría de que los hombres SOLO piensan en el sexo??
Y la pregunta es: las mujeres: ¿en qué carajo pensamos??? ¿cuál sería nuestra "actividad de integración"? ¿existe alguna???

(Ahhh cuánta reflexión para un lunes...)

Si tuviera huevos los tendría al plato


Ya lo sabemos...

...todos tenemos un poco de miedo
A veces hay que mentir, a veces hay que decir la verdad
Y otras veces hay que callar y seguir
Como muelas que se rompen, como dientes que se asfixian
Y seguir, y seguir, y seguir
A veces hay que matar, a veces hay que saber perdonar
Y otras veces hay que olvidar y reir
Como el miedo de la noche, como el miedo en la mañana
Y seguir, y seguir, y seguir
Ya lo sabemos todos tenemos un poco de miedo

¿Se acuerdan de esto?

¿Nos estaremos dando cuenta finalmente?




Fuente: Poliarquía Consultores

(Mejor no digo nada, los números hablan solos.)

(...)

Y voy buscando un cielo con mar y arenas
una ola inmensa para poder nadar

Me encantó...

No me van a decir que no es asíiii...!!!

Queda Claro??

CLARO dejá de mandarme mensajes de texto SPAM al celular a las dos de la mañana o vas a conocer mi furia...

Es SIMPLE, es CLARO!!!!


Y sí... caí en el Feisbú

Después de un rápido lavado de cerebro por parte de algunas personas, me inscribí en Facebook.
Porque claro, no es casual que tres personas durante tres días consecutivos te hablen de lo mismo.
Y encima, te dicen mirá, entrá y mirá mi perfil, y si no estás logueado no podés ver nada.
En fin, ahora estoy ahí, y no entiendo un pito. Sólo que tengo un montón de amigos -gente que por cierto ya era amiga mía antes de estar en Facebook- y que puedo hacer un montón de boludeces, como regalar mates con espuma o dejar mensajes en un muro.
También la gente puede enterarse de lo que hago a cada momento. Cosa que no le importa absolutamente a nadie.
Y por supuesto, ver cada cosa que hacen otras personas, cosa que tampoco me interesa realmente... a pesar de que sean mis amigos.
Ejemplo:
Laura ha estornudado (08:30)
Laura se ha cebado un mate (08:34)
Laura ahora es amiga de Fulanito, y en este momento se rasca la nariz (08:42)
Y así hasta el infinito.
En fin, no se para qué carajo me metí ahí, pero bueno, ya estoy en el baile.
Ahora, digo yo no? podríamos inventar Assbook por ejemplo.
Y que todos cuelguen las fotos de sus traseros, y así armar la guía de traseros más grande del mundo.
Y capaz encontrás los traseros de tus compañeros de escuela, o de trabajo, y además podés contactarte con ellos (con tus compañeros, no con los traseros).
También podrás ver lo que hace el tiempo en algunos traseros, y lo que hace el gimnasio en otros.
Y en vez de mandar matecitos con espuma, podés mandar pataditas (en los traseros). Pataditas con carrera, pataditas sin carrera.
En fin, por ahora no entiendo mucho de esta herramienta. Cuando tenga más novedades les cuento.
Y ahora abandono este blog pasado de moda y me voy rapidito a ver mi perfil super hiper archi interactivo! a ver si alguien respiró y no me enteré.....

(Ah! y hay otra cosa que se llama Twity o algo así, esa se las cuento otro día.)

...............

Tenés TODO para ser feliz!!...
Y sos un PELOTUDO
Porque me duele que no lo entiendas.
Porque me duele sentirme impotente.
Porque me duele saber que vas contra el paredón y no vas a frenar.
Y me duele verte ir y no poder detenerte.
Me duele y es tan grande que no sé qué hacer con esto.
Porque sólo vos podrías entender lo que me pasa, y yo sólo podría entenderte pero no.
Porque no sé cómo hacerte reaccionar, y porque eso me lastima muchísimo.
Esto nos deja más solos en el mundo que nunca. Y no puedo hacer nada al respecto.

El sueño del pibe

"Un oficinista ruso tuvo su día de furia. Fue filmado por una cámara de seguridad en medio de una crisis nerviosa. Prácticamente destruyó la oficina en la que trabajaba, ante la conmoción de sus compañeros."

...(el que no soñó despierto con esto alguna vez, no es humano y definitivamente no trabajó en relación de dependencia JAMAS)...

Del recuerdo perfecto a la imagen ideal

Hace algunos días, la publicidad de una cámara de fotos que retrata a las personas cuando sonríen –función conocida como “smile shutter”- volvió a despertar mi curiosidad sobre el modo en que los avances tecnológicos han influido en nuestros recuerdos.



Rápidamente vine a mi computadora, y busqué la imagen del mantel. Una foto sacada por allá a fines de los 70, y que si bien puede parecer “inútil” se volvió en mi colección de imágenes un icono absoluto del pasado.


Una cabeza cortada, las muecas de nuestros hermanitos, mamá despeinada y sorprendida, el grupo de amigas por la mitad, paisajes fuera de foco, retratos completamente oscuros, los ojos cerrados inevitablemente por un disparo de flash… postales que aun perduran en algún rincón de tu casa, y de la mía, y que son clara evidencia de una época que ya no volverá.

¿Te acordás de las fotos que salían mal? ¿Te acordás de tiempo que esperábamos para ver las imágenes de un cumpleaños? ¿La ansiedad? ¿La emoción y la expectativa al abrir el sobre de la casa de revelado? En estos tiempos post modernos donde todo es instantáneo, muchos debemos extrañar –aunque sea de vez en cuando- el misterio y la sorpresa de una foto sacada con una cámara que funciona con película fotográfica.

La inmediatez se ha vuelto una necesidad social del tiempo en que vivimos. Y la era digital vino a traernos soluciones y respuestas, y a cambiar nuestros hábitos hasta en lo más básico.

La polaroid fue quizás el antecedente más cierto de la velocidad de la era digital. Creada en 1932, fue dada a conocer al mundo a mediados del siglo pasado, brindando la posibilidad de revelar una imagen en tan solo 60 segundos. A principios de este siglo, más precisamente en 2007, sus fabricantes anunciaban el fin de la producción de película para las cámaras polaroid, en la búsqueda de un giro hacia el mercado digital, que los había dejado en el camino con gran facilidad.

La cámara de fotos digital no permite margen de error. Sacar una foto y chequearla instantáneamente, borrarla, sacar otra, prueba y error hasta que la imagen se vuelve perfecta, ensayo y error que deja en el camino expresiones, muecas, borradores de cada momento.
El producto final es la foto ideal, manufacturada, el instante elegido entre muchos instantes para perdurar, para quedar detenido en el tiempo, el instante que sí queremos mostrar, a costa de cientos de instantes que lo perfeccionaron.

La imagen del mantel es el error en su plena expresión. Pero también es calidez. Es el recuerdo más vivo de otros tiempos que no volverán. En lo que a mí personalmente respecta, la foto tomada sin querer a ese mantel es la imagen de la cocina de la infancia. Con los olores de la comida de mamá saliendo del papel fotográfico, es la clase de imagen imperfecta que trae directo al presente como un cachetazo aromas, texturas, sensaciones. La foto del mantel es un error que ya no volverá a producirse, es un tesoro, una piedra preciosa encontrada en el fondo de una caja de zapatos. La imagen del mantel es el papel fotográfico derrochado al azar y no, es el disparo a destiempo que pudo perdurar y que ya no podrá hacerlo.

Sólo por una vez, hagamos el intento. Agarrá tu cámara digital. Llevala a una reunión con amigos, y sacá sólo 24 fotos. Sin borrar ninguna en el camino –hacé el esfuerzo sólo por esta vez-. Guardá esas 24 fotos en un CD, y mandalas a revelar. Sin mirarlas previamente, sin repasarlas una y otra vez. Tal vez te sorprendas mucho con lo que encuentres, tal vez vuelvas a vivir sensaciones que hace mucho no tenías.

Dicen que la perfección es un don sólo atribuible a los dioses. Y sin embargo la buscamos a cada momento, desafiando a nuestra propia naturaleza. Pero como dijo alguna vez don Mario Benedetti, “en algunos casos la suma de armonías puede ser casi empalagosa; en otros, el conjunto de desarmonías produce algo mejor que la belleza”.

Reflexión

Juro que si alguien me regalara un caballo, lo último que le miraría serían los dientes.