Nadie nace sabiendo...


Hace tiempo que vengo pensando en la muerte.
No, no voy a matarme -esto es para los que leen sólo el primer renglón de un post y comentan!- no está en mis planes por el momento.
En realidad pienso en lo poco que pensamos en la muerte. Y se destapa ahí una extraña dualidad: esto nos mata -qué contradictorio-, y esto nos salva al mismo tiempo.
Supongo que todos pensamos en la muerte en algún momento, o en varios, salpicados en nuestra existencia como pedacitos de chocolate en el dulce de leche granizado. (Qué extraña comparación acabo de parir.) Pero no pensamos todo el tiempo... y ahí está la clave, eso se vuelve nuestra "salvación".
Creernos inmortales -a nivel inconsciente, por supuesto- es uno de los más grandes mecanismos de defensa con los que contamos.
Si todos tuviéramos la certeza consciente de que podemos morir en cualquier instante -cosa que en realidad es cierta- no podríamos planear, ni convivir, ni relacionarnos con los demás más que en el cortísimo plazo.
¿Quién iría a la oficina si supiera que podría morir dos horas después? ¿quién sería fiel? ¿quién resistiría la tentación de dejarlo todo, bajarse los pantalones delante del jefe, tomarse 50 litros de cerveza y conseguirse un pasaje al fin del mundo? ¿quién podría despedirse cada mañana de sus seres queridos tranquilamente, si no pensara que 10 horas después va a volver a verlos?
Creo que nadie podría. No existiría la sociedad, ni el mundo tal como lo conocemos. Ni las posesiones, materiales o espirituales. Ni el arraigo, ni el futuro, ni la esperanza.
Del otro lado de la mesa está la realidad. Nacemos y nos educan para subirnos en un extraño sopor, en un mundo de costumbres y rutinas casi hipnóticas.
Cuando nos levantamos y vamos a tomar el colectivo, cuando compramos un auto, cuando sacamos un crédito a 20 años, cuando tenemos un hijo, cuando pensamos en la cena de la noche o cuando sacamos tickets para un recital, jamás pensamos en la muerte.
Eso nos vuelve posibles en el tiempo, y muchas veces también nos adormece. Nos achancha. Nos posterga.
La muerte se vuelve eso que le pasa a otra gente, el noticiero de la tarde, una noticia que nos cachetea de vez en cuando, pero no nos toca. A veces nos toca de cerca... pero la olvidamos. Casi instantáneamente aparece nuevamente el mecanismo de defensa para calmar nuestra ansiedad, nuestra angustia, para acunarnos, para llenarnos de esperanza nuevamente. Una esperanza inconsciente por supuesto, al igual que la muerte, pero que deja su huella en cada una de nuestras acciones.

Cuando pienso acerca de esto es cuando más viva me siento. Pero necesito dejarlo, dejarlo por un rato, tal vez en este post o en algún lado, y despertarme mañana habiéndolo olvidado.
Será así como la muerte se volverá una posibilidad más, y ya no una certeza.

"Y nadie sabe cómo un día el amor nace
y nadie sabe cómo muere el amor un día
nadie nace sabiendo
nace sabiendo
que morir
también es ley de vida."
Jorge Drexler

9 comentarios:

kb dijo...

gracias a mi profesion estoy siempe conciente que en cualquier momento me puede tocar, o a un compañero mio, pero como creo que la muerte no es mas que eso, ya lo supere!
yo acepto que me puedo morir en cualquier momento y vivo mi vida de esa manera.
no me preocupa en absoluto la muerte!
abrazos!

Ivanna dijo...

La veo taaaan lejana, que cuando me toque vivir la muerte de alguna persona cercana me va a afectar muchisimo, cosa que ni me puedo imaginar.

Lalita dijo...

kb: es un tema de discusion como para estar hablando 10 años seguidos, pero disiento, no creo que estes consciente, si no no podrías hacer el trabajo que hacés, se te volvería imposible... vi dos veces en mi vida la expresion de una persona consciente de que iba a morir, va más allá del miedo, es algo inexplicable

ivanna: a mi me toco en el momento y con la persona menos esperados, uno no sabe cómo seguir, pero seguís...

AleH dijo...

Vivir la vida pensando en que en 1 minuto más no vas a estar?, me pasa desde que soy mamá, JAMÁS podría perdonarme morirme sin criar a mi hijos, sin hacer la tarea con ellos, sin esperarlos cuando salgan a la noche... ese miedo lo tengo cada vez que salgo de mi casa, es una ruleta.
Cuanto daría por saber dia y hora, el secreto es vivir cada instante como el último? cuanto estoy despediciando? pero a la vez, cuanto estoy desperdiciando si no hago nada más que esperar la muerte?
Esto, desde ya, creo que depende del rango etáreo en que te encuentres.
Creo que te conté que necesito un psicologo em forma inmediata, no?

Besos a montones, te extraño.

PerSe dijo...

habiendo tantos autores era necesario citar a "Jorge Drexler" jajajaja deussss

Dalma dijo...

che nene, que tenes contra Drexler ??

arriba Drexler y Jaime y el negro Rada

hablando de muerte... esos no se moriran nunca

Dalma dijo...

en lugar de que me puedo morir en cualquier momento, a menudo pienso en que si o si llegará el dia en que me tenga que despedir de la gente que quiero porque llego mi hora

el tener la certeza de que algun dia dejaré de ver a mi hijo para siempre me aniquila

por eso trato de zafar de ese tipo de ideas y disfrutar lo mas que pueda el presente

besos!

Dalma dijo...

ah, y que lindo te quedo el blog !

Roky Rokoon dijo...

mas que miedo hay que tenerle respeto